Nick Carr: ¿Google nos está convirtiendo en estúpidos?
Aún no está en línea, pero el número de Julio de The Atlantic contiene un excepcional y provocativo artículo por Nick Carr, haciendo la pregunta ¿Google nos está convirtiendo en estúpidos?. Es una idea derivada del libro de Carr, The Big Switch (El Gran Cambio, revisión disponible en este enlace), pero cubre nuevos terrenos que preocuparían a cualquiera. Carr escribe lo siguiente:
El cerebro humano es casi infinitamente maleable... James Olds, un profesor de neurociencia quien dirige el Instituto Krasnow para estudio Avanzado en la Universidad de Manson, dice que aún la mente adulta "es muy plástica... El cerebro tiene la habilidad para reprogramarse a si mismo al vuelo, alterando la forma en que funciona."
De la forma en que usamos lo que el sociologista Daniel Bell ha llamado nuestras "tecnologías intelectuales" —las herramientas que extienden nuestras capacidades mentales en lugar de físicas— nosotros inevitablemente comenzamos a absorber las cualidades de esas tecnologías.
«¡Excelente!» diríamos, «Ahora seré capaz de recuperar una infinita cantidad de información, como Google.» Puede ser. O tal vez nuestra habilidad para retener y procesar información continuará disminuyendo. ¿Recuerdan los libros? Esas eran las cosas que leíamos antes de que aparecieran en escena el correo electrónico, navegadores de Red y Twitter.
Realmente no queremos pensar como Google. No queremos hablar como Twitter. No queremos conversar como en el correo electrónico. Y sin embargo lo hacemos cada vez más, al paso que Internet reconfigura el mundo a su imagen. Carr escribe:La Internet promete tener particularmente efectos de lejanía sobre la cognición... La Internet, un inmensurablemente poderoso sistema de cómputo, está sometiendo la mayoría de nuestras otras tecnologías intelectuales. Está convirtiéndose en nuestro mapa y nuestro reloj, nuestra prensa impresa y nuestra máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono y nuestra radio y TV.
Cuando la Red absorbe un medio, ese medio es recreado a la imagen de la Red. Inyecta el contenido del medio con hiperenlaces, anuncios parpadeantes y otras baratijas digitales, y rodea al contenido con el contenido de otros medios que ha absorbido. Un nuevo mensaje de coreo electrónico, por ejemplo, puede anunciar su propia llegada mientras los sumergimos en las últimas noticias en el sitio de un periódico. El resultado es dispersar nuestra atención y hacer difusa nuestra atención.
Razón por la cual al menos Matt Asay regresará a los libros. Probablemente muchos de ustedes lean una gran cantidad de libros, pero muy seguramente lo hacen mientras viajan. Como menciona Carr, es casi seguro que que todos tenemos dificultades para leer cuando hay una computadora o laptop presente, la cual nos distrae con gratificaciones instantáneas. El artículo de Carr hace pensar que tal vez sea buena idea volver a acostumbrar leer a los niños antes de dormir.
¿Alguien se interesa por hacer lo mismo? ¿Alguien ha capotado lo patéticamente cierto que son las afirmaciones de Carr? ¿Comentarios?