martes, 30 de septiembre de 2008

¿Discos compactos de música tienen los días contados?

Un artículo en El País informa acerca del inicio de la comercialización de tarjetas de memoria SanDisk de 1 GB que incluirán lanzamientos musicales completos en formato MP3 de 320 Kbps, sin restricciones para copia. Este formato de venta de música ya ha llamado la atención de EMI, Sony BMG, Universal y Warner. Potencialmente, la industria de la música podría sufrir una revolución completa con ésto y dejar obsoletos los discos compactos, adoptando el formato digital que domina los mercados. A continuación un resumen y varias reflexiones.

Aunque, debido a su costo, las tarjetas de memoria están aún muy lejos de poder sustituir a los discos DVD como formato estándar para la comercialización de contenidos de medios, sus múltiples aplicaciones para el transporte y almacenamiento de datos en reproductores de música, cámaras de vídeo, computadoras personales, teléfonos móviles, consolas de juegos y dispositivos de mano, hacen que sean idóneos como formato para la venta de contenido, que era el siguiente paso lógico en la evolución de la industria del entretenimiento.

Hasta ahora el costo de las tarjetas de memoria era la única restricción, pero el éxito de las tarjetas de memoria tipo MicroSD está logrando que se comience a considerarlas como estándar, gracias a su reducido tamaño y  porque permite utilizar adaptadores para ser utilizados en otros formatos de tarjetas de memoria como discos SD y Memory Stick.

Esto evidentemente implicará un nuevo modelo de negocio para la industria de la música, del que SanDisk saldrá sumamente beneficiado, considerando que es altamente rentable, siempre que los consumidores lo encuentren atractivo.

El costo estimado de los lanzamiento musicales utilizando este formato sería de entre 7 y 10 dólares (5 a 7 euros), aunque habrá que esperar que deciden las firmas discográficas, y permitirá a los consumidores adquirir un lanzamiento musical y utilizarlo inmediatamente en un reproductor MP3, teléfono móvil, computadora portátil o dispositivo de mano.

Considerando que se utilizará el formato MP3, el precio de un lanzamiento musical en tarjeta MicroSD, debe ser inferior al del mismo lanzamiento en formato de disco compacto. Un precio superior al del lanzamiento musical en formato de disco compacto estándar, sería un robo al consumidor.

El inconveniente de utilizar el formato MP3, es que se trata de un formato con pérdida de datos y menor calidad respecto del disco compacto. Aún codificando los ficheros MP3 a 320 Kbps, que serían de calidad superior a la que se puede encontrar comúnmente a través de descargas desde Internet, tienen una calidad muy inferior al formato original en disco compacto. Aunque sería casi imperceptible para la mayoría de los usuarios con reproductores portátiles de MP3, sería poco atractivo para quienes posean sistemas de audio de alta fidelidad. El formato de disco compacto permite apreciar la música con calidad original de la grabación en estudio, mientras que el formato MP3 sacrifica datos, irreversiblemente, en favor de lograr ficheros de menor tamaño.

Lamentablemente el formato MP3 es el estándar de la industria para reproductores digitales de música, por lo que algo que en apariencia puede beneficiar al consumidor con música a precios más accesibles, en realidadserá llevar al consumidor contenido de menor calidad, a menos, claro, que la industria adopte un mejor formato que MP3, como FLAC (Free Lossless Audio Codec), que es un formato libre que permite codificar audio sin pérdida de calidad. Por desgracia FLAC es un formato poco aceptado por la industria, y es más factible que ésta adopte un formato privativo como WMA Lossless de Microsoft a fin de poder igualar la calidad de un disco compacto.

En conclusión, el éxito de los lanzamientos musicales en formato MicroSD significará que el consumidor obtendrá un producto más barato pero de calidad inferior. Si la industria discográfica decide utilizar un formato de compresión sin pérdida, como WMA Lossless, el consumidor obtendrá un producto en formato privativo que obligará al consumidor a utilizar un reproductor de música con soporte para éste.

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